23 septiembre, 2020

Dogma

Por Josefina Leroux

¿Qué no entiendes? grita Michael, el esposo machista de Mette en la obra teatral Festen, adaptación de la película Dogme,  de Thomas Vinterberg cuya historia expone las problemáticas de una familia de las que hay muchas. Qué no entiendes, le repite en escena este varón a su esposa ante cierta resistencia a sus mandatos.

Expresiones culturales como el teatro son un espejo de realidades comunes que pueden servir para reflexionar.

En dicha obra, quien no entiende es Michael, no escucha el hartazgo de su pareja ni percibe su propia violencia. Tampoco ve la opresión y el sometimiento que hace a su mujer imponiendo sus necesidades, su visión de cómo debe ser la realidad para satisfacción propia. Sólo capta su renuencia y reacciona.

En contraste, la comunicación entre sus padres no enfrenta desafío, igual que sucedía en las familias de antaño donde la única voz que se escuchaba era la del papá; las mujeres y los hijos escuchaban y obedecían. Se acabó en las nuevas familias donde coexisten sus voces aunque todavía no sean del todo escuchadas.

Los problemas de comunicación son el nudo gordiano que ata muchas de las dificultades que padecen las familias a lo largo de su vida. El matemático psicólogo John Gottman estudió 3000 parejas y encontró que inclusive las más felices no resuelven el 69 por ciento de sus conflictos. En su práctica terapéutica les muestra a las parejas que no existe una realidad absoluta en discordia, más bien dos realidades subjetivas.

Y si hablo de familias, coexisten cuatro o cinco visiones de la realidad que chocan unas con otras cuando todos y cada parte habla y nadie escucha. El lenguaje puede ser una prisión que encierra en una cárcel en donde se recrea la propia redundancia, donde se embotan los sentidos y se empaña el entendimiento, asegura el Dr. Daniel Siegel, investigador de la conciencia en la UCLA.

Así se elaboran los discursos, con ideas y creencias heredadas o prestadas que terminan por creerse las personas y a las que se aferran como si representaran la única verdad. Es imposible si ignoran las versiones y perspectivas de los demás. Pero poco se utiliza el silencio para poder escuchar, ya no digamos al prójimo, sino a los seres más queridos.

En esta misma obra (Festen) se describe también el dolor de los secretos familiares y las complicidades. La historia se desarrolla en Europa sin embargo muestra lo mismo que sucede en las familias mexicanas. Un padre que abusa sexualmente de sus hijos los que guardan el silencio por años hasta que las circunstancias rompen el precario equilibrio y estalla la verdad.