23 agosto, 2013

El CÁNCER DEL PUDOR

Por Josefina Leroux

papanicolao¿Te has realizado la prueba Papanicolaou?, les pregunto a mujeres que acuden a consultarme. Las más jóvenes, las de menor escolaridad, las que son violentadas reconocen que no. ¡Qué vergüenza! –afirman frecuentemente. Han sido educadas para conservar las piernas bien cerradas,al menos con los extraños porque sí han tenido amigos cariñosos, novios o esposos con quienes mantienen contactos físicos de diversa naturaleza.

No saben que pueden morir de cáncer cérvico uterino, primera causa de muerte de las mujeres mexicanas, secuela del contagio de algunos tipos del virus de papiloma. “Se estima que en áreas rurales sólo 30.2 por ciento de las mujeres tienen una historia previa de al menos un papanicolaou” (Silvia Magally/CIMAC).

Por el Programa de Detección Oportuna de Cáncer desarrollado por la Secretaría de Salud hace algunos años, se encontró que la mayoría de las mujeres sólo acude cuando presenta molestias. Mala costumbre que debe combatirse en los programas de prevención. No hace falta estar enferma para acudir con el médico, la rutina de valorarse es la única forma de detectar precozmente enfermedades catastróficas como el cáncer.

Los síntomas como la tumoración cervical y el sangrado anormal pueden ser hallazgos de alto riesgo en mujeres. Por eso cuando una mujer manifiesta sangrado vaginal después del coito es importante que acuda a una valoración ginecológica y si es posible a un estudio colposcópico, ya que puede ser un indicador de la presencia de cáncer cervical.
La inteligencia se definía hace unos años como la capacidad de resolver problemas, hoy es la capacidad para prevenirlos. Es de mujeres inteligentes hacerse revisiones cada 6 o mínimo anualmente.

Desafortunadamente la inteligencia sexual no abunda en nuestro entorno. Ni siquiera el uso del condón es una medida común todavía para prevenir contagios. A las mujeres les preocupa el embarazo y se olvidan de cuidarse de infecciones y enfermedades que se adquieren por vías genital, anal u oral.

Existen creencias que matan y éstas son fortalecidas por la ignorancia como el pensar que las portadoras de infecciones son las prostitutas o los varones promiscuos.
Un joven de 18 años me compartió hace tiempo que tenía varias parejas sexuales, cuando le pregunté si estaba conciente de los riesgos que conllevaba para su salud respondió que él estaba a salvo porque se metía con puras hijas de familia… Esta ingenuidad también es muy común de las mujeres enamoradas quienes creen que sus parejas son siempre fieles; es uno de los motivos frecuentes de resistencia al uso del condón. Les da pena decirle a su pareja que lo usen, no vaya a pensar que no le tienen confianza —agregan preocupadas. Al contrario, ellos no tienen la menor responsabilidad cuando las engañan y les dicen que son las ¡únicas!

El pudor, la ingenuidad y la prudencia son características del perfil femenino que se fomentó por siglos. Representa la enemistad con la salud preventiva que conlleva el desconocimiento de tumores malignos que crecen asintomáticos hasta que causan las muertes de miles de mujeres al año. Fueron 4 mil 308 defunciones en el año 2003 por cáncer cérvico-uterino de acuerdo a un informe de las autoridades sanitarias del país. 16 000 mujeres tienen cáncer en nuestro país, y 25 000 000 afectadas de alguna manera por lesiones precursoras de cáncer cérvico-uterino( Maricela Mendoza Martínez, ginecóloga y colposcopista del CMN 20 de Noviembre, El Universal Online, 2005)

El hábito de las madres podría ser suficiente para que las hijas aprendieran a cuidarse, pero tampoco ellas asumen su responsabilidad de modo que la educación para la vida debe ser parte inseparable de la curricula escolar. Si no es en casa, en la escuela deben aprender que el pudor dificulta la costumbre de ir a revisión ginecológica para el cuidado de su salud.

Para empezar, la discusión de los temas sobre sexualidad en clase abre el criterio para familiarizarse con las palabras y conceptos y el análisis permite erradicar los mitos que matan. Los programas de educación sexual han sido muy criticados por grupos conservadores que desean reservar esta enseñanza dentro de los hogares. Pero la experiencia nos muestra que los padres temen tocar los temas y cuando lo hacen transmiten sus prejuicios o desinformación por lo que es imperativo que instituciones educativas intervengan para promover la salud sexual.

Si no han dado mejores resultados estos programas es debido a tres grandes razones. La mayoría de los cursos se conforman con dar información que se contraponen con la difusión de ideas contradictorias sobre la materia, un ejemplo típico son los medios masivos de información, la programación televisiva, las revistas de entretenimiento.
El sistema educativo carece de educadores sexuales profesionales suficientes. Los jóvenes no tienen a dónde acudir para despejar sus dudas y terminan por intercambiar nociones erróneas entre ellos.

El tercer factor que impide se pongan en práctica métodos de prevención son las religiones que sólo legitiman abstinencia para evitar embarazos no deseados o contagio de enfermedades de transmisión sexual. Envueltas en este discurso, las novias que llegan al momento del acto sexual no están preparadas para usar un condón. En el caso de las mujeres casadas creen que la monogamia y la fidelidad de sus maridos las vacunará de problemas pero la prevalencia del cáncer cérvico-uterino nos da cuenta de millones de casos en los que no suceden las cosas como se fomentan.