15 enero, 2014

SALIENDO DEL CLOSET

Por Josefina Leroux

salir-closetEs una sociedad homofóbica resulta auténticamente una tragedia familiar enterarse sobre la orientación homosexual de uno de los hijos.
Las actitudes parentales de rechazo hacia los homosexuales, las críticas burlonas, las opiniones cargadas de desprecio hacia ellos, son algunos de los factores que contribuyen a evitar que los hijos hagan preguntas relacionadas con sus dudas acerca de sus sentimientos hacia personas de su mismo sexo.
Las preguntas abundan pero existen pocas respuestas; se habla tan poco del tema.
Las teorías que tratan de explicar las causas de la orientación homosexual son hipótesis. Contribuyen tantos aspectos en el desarrollo de la orientación homosexual, como los que inciden en la estructuración de una personalidad heterosexual.
¿Quién puede ser responsable en este proceso tan inconsciente?
Además de los padres, probablemente todas las persona que de alguna forma se vinculan con los hijos, más la información emocional y afectiva amalgamada con la herencia y experiencias vividas a lo largo de la infancia.

El secreto
Sin saber cómo, los homosexuales se van conformando sin darse cuenta.
En medio de esta cultura que los discrimina, cuando él o la adolescente van reconociéndose diferentes a sus amigos o amigas, y empieza a darse cuenta que su atracción se dirige a personas de su mismo sexo, principia a gestarse un grado de angustia difícil de manejar. “¿Qué van a decir mis padres de lo que siento? ¿Y mis amigos y amigas?”.
Lo único que se les viene a la mente es un pánico que los paraliza: “Me van a rechazar”, piensan. No les cabe la menor duda, pues ellos mismos se horrorizan de sí mismos. Entonces, lo más sencillo es decidir guardarlo en secreto.
En ese instante comienza el baile de máscaras… Una danza que los alienta y los obliga a mentir, a fingir, a ser otro u otra, con tal de ser aceptados.

Hallazgo
Secreto que sale a la luz pública tarde o temprano.
La familia entonces -en la medida de su desinformación y el tamaño de sus prejuicios-, al enterarse de la homosexualidad de un o una hija, estalla emocionalmente en su contra.
Las primeras reacciones son intentos de represión: “¡Estás loco!”, “¡De donde sacas eso!”, “¡Estas confundida!”.
En el peor de los casos, los padres expresan toda su agresión ante la confrontación de una verdad que los espanta. “¡Ni lo digas!,¡preferiría que no hubieras nacido! ¡Te prefiero muerto(a)!”.
Sentencias de muerte llenas de rabia que sumen al hijo o la hija en una depresión. A partir de ese momento, su existencia se convierte en un constante dilema: ser o fingir para seguir perteneciendo, para ser aprobado por la sociedad.

Se cae el mundo
La depresión no es vivida sólo por el gay o lesbianas debutantes, la familia entera sufre el duelo. Y como si fuera un velorio, entierran sus expectativas, sus ilusiones junto con su amor propio, que sentirán lastimado por haber engendrado una criatura que está destinada -a sus ojos- al señalamiento y rechazo de los demás.
En todos emergen sentimientos de miedo y vergüenza, que se turnan con mucho coraje y abatimiento.
Muchos adolescentes, cuando se descubren homosexuales, presagiando todo este viacrucis familiar, optan por suicidarse cuando no encuentran alguien que los apoye, alguno(a) que los acepte.

¡Qué incongruencia!
Siendo parte de una comunidad en su mayoría católica, que promueva el amor al prójimo y la caridad, resultan perfectamente incongruentes estas reacciones sociales de odio.
Entonces, ¿el amor a los hijos sólo está condicionado a que lleguen a ser motivo de orgullo de los padres?

Mitos
En gran parte, el rechazo es debido a mitos difundidos sobre el comportamiento del homosexual.
La mayoría no reflexiona que la inmoralidad y el libertinaje se viven independientemente de la orientación sexual. De modo que igual que existes heterosexuales virtuosos. E inclusive delitos como el abuso sexual aumentan significativamente en la población heterosexual.
Como si no existiera
Las condiciones existenciales de los gays son inhumanas. Además del drama que sufren de vivir en una sociedad que los repudia, la discriminación generalizada provoca que expresen clandestinamente su sexualidad o, en el peor de los casos, que opten por aparentar una orientación que les lleva a casarse y tener hijos para obtener el status que su entorno les exige, arrastrando a su familia al limbo afectivo.
Una esperanza
Pero no todos los casos son iguales, existen afortunadamente padres cuyo amor se acerca al divino. Padres que a pesar de su confusión por reconocer un o una hija homosexual, les ofrecen su respeto y afecto incondicionalmente.
Padres que hacen a un lado el qué dirán y deciden seguir amando a sus hijos y, a través de su amor, redimen su homosexualidad de modo que ésta no se convierta en un obstáculo en su desarrollo hacia la plenitud física, psicológica, social y espiritual.

Antes de hablarlo
Considera los siguientes aspectos antes de hablar sobre tu orientación sexual:
• ¿Estás seguro de tu orientación sexual?
Si tienes dudas, consulta un profesional para que te ayude.

Antes de involucrarte en una relación homosexual para probarte, encuentra respuesta a tus dudas.

Algunos jóvenes se etiquetan erróneamente de homosexuales sin serlo.
• ¿Tienes suficiente información sobre el tema?
Busca en las librerías material para informarte
• ¿Cuentas con alguien que te apoye?
Busca a alguna persona de confianza para compartir tu secreto.
• ¿Cómo crees que reaccionaria tu padre o tu madre si se enteraran?
Algunos padres no están preparados para recibir esta información, en ese caso, algún psicólogo, médico o maestro pudiera servir de intermediario.