20 agosto, 2013

AUTOESTIMA ES PRESTIGIO

Por Josefina Leroux

EspejitoCómo amarnos sin antes habernos valorado. El amor propio, como se denomina a veces la autoestima, proviene originalmente de los padres y la familia, de sus afectos y aceptación y del reconocimiento que consistentemente nos proporcionan. Dependemos al principio de la vida de los seres queridos, de su aceptación y cuidados para sentirnos importantes y valiosos. El problema es que no por decisión ni voluntad se ama. Desafortunadamente, por sus propias carencias, no todas las familias son fuentes de autoestima sino al contrario. La crianza se enfoca a criticar y corregir tanto a los y las hijas, puede causar haber crecido con una imagen deficitaria de nosotras mismas que al llegar a la adolescencia o aún después nos hace sentir menos que las demás personas. Podemos no habernos dado cuenta hasta que aparecen algunos síntomas. El sufrimiento que nos estruja por dentro nos lleva a concluir que nos falta autoestima. Lo peor de todo es que esta conciencia del problema no ayuda a resolverlo inmediatamente. Los padecimientos más comunes entre los seres humanos se originan precisamente en la falta de estima. Pero por más que deseemos querernos, las circunstancias pueden ser tan adversas que ocurra lo contrario. La escasez de autoestima se refleja en la familia, en el trabajo, en las relaciones con los demás y por supuesto en el diálogo interno que entablamos con nosotras mismas en el que nos decimos que nos falta respeto y que nos sentimos vacías, ansiosas, inseguras, improductivas. Como si fuera poco pensamos que nuestras relaciones son superficiales o dependientes.

¿Por dónde empezar?

Los seres queridos constituyen el soporte de nuestro amor propio, siempre y cuando se relacionen con nosotras con respeto y cariño. Cuántas más personas estén en la lista de seres cercanos más razones tendremos para sentirnos seguros. No se trata de verlos sólo como fuente de amor sino también como receptores del afecto que podemos expresarles. Del amor nace la seguridad y confianza propias. Todo lo contrario se obtiene de relaciones destructivas pues fracturan la seguridad y confianza acumulada de experiencias afectivas. Por más estima que tengamos, si permitimos cualquier tipo de maltrato puede consumir nuestro prestigio y hacernos añicos al cabo del tiempo. Por que la estima puede evolucionar o deteriorarse según lo que hagamos o permitamos. Si queremos romper el círculo vicioso y la impotencia que nos causa el miedo a fallar o ser rechazadas necesitamos saberes que ofrezcan la seguridad de poder ofrecer algo a los demás. Todas tenemos información o habilidades que otros no tienen. La ignorancia es un hecho común de las personas que no se quieren. Si sabemos hacer algo, es más fácil obtener satisfacciones y llegar a las metas. Al obtener un título, aprender un idioma o convertirte en una deportista o artista, aumentarán nuestros créditos automáticamente.

Autoconstrucción

La estimación vendrá de actitudes positivas que provienen de pensamientos optimistas resultantes de experiencias de poder. Así se construyen la confianza y la esperanza lo que sería prácticamente imposible si predominan pensamientos fatalistas o catastróficos. Investigadores del pesimismo, han encontrado que se aprende en familia a interpretar la realidad con desesperanza y culpabilidad. Los pensamientos negativos alimentan el miedo que causa la inactividad e impiden logros y sus gratificaciones. Pero también la autoestima tiene otros orígenes, como vivir congruente con una escala de valores. Es casi imposible entonces cuando no sabemos lo que es importante; cuando actuamos conforme a lo que otros dictan sin saber si eso coincide con lo verdaderamente trascendente para nosotras. Suena lógico y natural pero, ¿cuántos podemos hacer una lista de valores propios? Para aumentar la dificultad, los valores se mueven y cambian, de manera que si el trabajo es lo más importante en la vida hoy, mañana puede ser el amor y dentro de un mes la salud puede colocarse en primerísimo lugar. Helen M. Johnson, afirma que los momentos en que más se siente una persona orgullosa de sí misma y con la mejor estima de sí es cuando es fiel a sus valores, y cuando peor se siente es cuando los traiciona. Resulta esperanzador saber que podemos remodelar la autoestima. Aún en el peor de los casos, cuando exista una historia de maltrato y abuso, es factible empezar a darnos oportunidades, multiplicar saberes y coleccionar pensamientos optimistas. Es una forma de cambiar de actitud para lograr de pequeñas a más grandes metas. Finalmente nuestra vida cobra más sentido al empezar a experimentar el prestigio de haberlo logrado a través de nosotras mismas.