10 febrero, 2014

¿ADICTO A LA COMIDA?

Por Josefina Leroux

compulsivosLos desórdenes alimenticios han sido el problema clásico de los últimos años.

Al problema de la obesidad, se sumaron el de la bulimia y el de la anorexia, que suelen empezar a edades tan tempranas como los 13 años.

A menudo, los padres que detectan algún problema en la forma de comer de una de sus hijas(el problema se ha encontrado más frecuente entre mujeres), sin estar conscientes lo instauran al involucrarse demasiado. Se afligen más que el adicto convirtiéndose en inspectores. Obsesionados por lo que come la hija la persigue. Sin embargo, en lugar de acudir con  profesionales que pudieran ayudar, niegan todavía que existe el problema y esperan que se arregle. Mientras eso sucede, el trastorno se complica y dificulta su resolución.

Por lo mismo, los adictos a la comida a menudo no son diagnosticados hasta que el trastorno ha progresado a  sus etapas avanzadas.

Para evitar que eso suceda, es necesario reflexionar en los signos indicativos de una posible adicción a la comida.

Esta guía es para darse cuenta si el  problema existe.

Conteste afirmativa o negativamente cada pregunta:

1.-¿Te preocupas constantemente por tu posible gordura?      

Si (   )                      No (  )

 

2.-¿Te sientes gorda aunque todos te digan que no lo estás?   

Si ( )                        No ( )

 

3.-¿Has bajado el 25 por ciento de tu peso con dietas?     

Si ( )                            No ( )

 

4.-¿Alguna vez has dejado de menstruar?    

Si ( )                            No ( )

 

5.-¿Tienes la piel seca y la uñas quebradizas?    

Si ( )                           No( )

 

6.-¿Frecuentemente te sientes deprimida, enojada o irritable?  

Si ( )                           No ( )

 

7.-¿Compras comida a escondidas?              

Si ( )                           No ( )

 

 8.-¿Comes procurando que nadie te vea?     

Si ( )                            No ( )

 

9.-¿Padeces de dolores estomacales, diarrea o estreñimiento?   

Si( )                            No ( )

 

10.-¿Usas laxantes?                

Si( )                            No ( )

 

11.-¿Te has inducido el vómito?             

Si ( )                            No ( )

 

12.-¿Te sientes mal  o culpable de tu forma de comer?        

Si ( )                            No ( )

 

13.-¿Te sorprendes comiendo aún cuando no tienes hambre?

Si ( )                           No ( )

 

14.-Aunque quieras, sientes que no puedes parar de comer a veces?    Si ( )                 No ( )

 

15.-¿Comes más cuando tienes un problema?          

Si ( )                        No ()

 

16.-Por los cambios de peso ¿deja de quedarte  tu ropa?  

Si ( )                      No ( )

 

17.-¿Tienes las manos frías o sudorosas la mayor parte del tiempo?

Si ( )                    No ( )

 

18.-¿Alguien de tu familia o amigos se preocupan por tu peso?       

Si ( )                     No ( )

 

19.-¿Tienes estrías es tu piel por los cambios de peso en tus caderas o muslos?

Si( )     No ( )

 

20.-¿Piensas en dietas todo el tiempo?        

Si ( )                 No ( )

Si contestó más de cinco preguntas afirmativamente,  sería conveniente que acudiera con un profesional. Puede ser médico o psicólogo especialista en trastornos de alimentación.

En una encuesta realizada por la asociación “Comelones Compulsivos”, más de del 75 por ciento de sus miembros afirmaron que tenían otros familiares con el mismo problema, el 61 por ciento tenía un  pariente consanguíneo alcohólico y el 29 por ciento era sobreviviente de incesto u otro abuso sexual en la niñez. Problemas comúnmente asociados, aunque no siempre admitidos por los que sufren trastornos de la alimentación, lo que hace recomendable una intervención profesional.

Aceptar que existe un problema es el primer paso para su resolución.

Compartirlo con otros ofrece una gran liberación y fortaleza para empezar a cambiarlo.